Medio siglo después de su lanzamiento y treinta y tres años más tarde de que aparecieran en el mercados las últimas cámaras de Super8, Kodak volverá a lanzar una cámara en este formato antes de fin de año. Se trata de una nueva cámara de Super8 que incluirá funciones digitales y tendrá un precio que rondará los mil dólares, según lo ha anticipado en el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas. La cámara contará con baterías intercambiables, puerto USB, micrófono integrado con grabación sobre tarjeta SD, un visor LCD, y la posibilidad de grabar en cinco velocidades diferentes (9, 12, 18, 24 y 25 frames por segundo). Se comercializará con una lente de serie (Ricoh 6-48mm) pero podrá operar con lentes intercambiables de montura C. La película graba en un negativo dentro de un cartucho que tendrá que enviarse a un centro que ofrecerá el servicio de revelado del material, ofreciendo al cliente tanto copias físicas como un fichero digital.
Más de 600 personas, entre las cuales figuran numerosos cineastas y profesionales del mundo entero, firman una carta en apoyo al director iraní Keywan Karimi, condenado en primera instancia en Teherán a 6 años de prisión y 223 latigazos. En esta carta dirigida al jefe de la autoridad judicial iraní, el ayatolá Sadegh Larijani, y firmada por «la comunidad internacional de cineastas«, los realizadores demandan «la anulación inmediata de todas las penas decretadas contra Keywan Karimi, con el objetivo de que pueda continuar trabajando sin temor«. Entre los firmantes de esta solicitud se encuentran, en particular, el director mauritano Abderrahman Sissako, el camboyano Rithy Panh, la belga Delphine Noels, así como sus colegas franceses Claude Lanzmann, Dominik Moll, Jean-Jacques Beineix, Julie Bertucelli, Nicolas Philibert, Michel Ocelot y Pascale Ferran, entre otros. A comienzos del mes de diciembre pasado, unos 130 cineastas iraníes ya habían lanzado una carta de apoyo a Karimi, antes de que se examinara su apelación. Keywan Karimi, musulmán sunita originario del Kurdistán iraní, habría sido condenado por escenas de una película documental consagrada a los «graffiti» políticos en las paredes y muros de Teherán, titulado Escribir sobre la ciudad.