Día: 11 de febrero de 2015

Fallece el actor Ricardo Palacios

ricardo palaciosEl actor Ricardo Palacios, un habitual del «spaguetti westerns» y del cine de Jesús Franco, fallece en Madrid por una insuficiencia cardíaca, después de cerca de un mes de ingreso hospitalario. Su debut frente a las cámaras tuvo lugar en la teleserie Poly, allá por 1961, y a partir de ahí participó en cerca de 150 títulos cinematográficos y televisivos.  Con Jesús Franco rodó títulos como Cartas boca arriba, Fu-Manchú y el beso de la muerte, Camino solitario, Juego sucio en Casablanca o Sola ante el terror. En los años 80, Palacios dio el salto a la dirección y se colocó tras la cámara con ¡Biba la banda!, una película protagonizada por Alfredo Landa que gozó de buena acogida en 1987.

Greenaway entusiasma en la Berlinale

peter greenawayEl británico Peter Greenaway deslumbra en la Berlinale con Einsenstein in Guanajuato, que muestra al cineasta cine ruso como un histriónico que se abre a la plenitud homosexual en México y deja inacabada una película cuando llevaba rodados 400 kilómetros de celuloide. El cine rumano tiene su hueco en la sección oficial de esta edición con Aferim, de Radu Jude, rodada en blanco negro y en la que se muestra con toda crudeza el racismo en el ambiente rural de su país, en 1835, en que los gitanos eran vendidos en plazas públicas como esclavos y tratados como animales, tanto si era dóciles como si infringían las reglas de sus dueños. Completa la jornada a concurso la primera representante del cine asiático Yi bu zhi yao, segunda película de Jiang Wen en torno a dos granujas con perfiles gansteriles con escenas que copian el género del musical hollywoodiense.

«Theo Angelopoulos», de Manuel Vidal Estévez

angelopoulosLa editorial Cátedra alcanza el número cien de la colección dedicada a «cineastas» dedicando un estudio al cineasta Theo Angelopoulos, a cargo de Manuel Vidal Estévez. Es costumbre afirmar que la Historia es la sustancia que anima las películas de Theo Angelopoulos (1935-2012). La de su país, Grecia, en primer lugar, y por extensión también la de Europa. De ello son buenos ejemplos títulos como Días del 36 (1972), El viaje de los comediantes (1974-1975), Los cazadores (1977), La mirada de Ulises (1995), Eleni (2003) y El polvo del tiempo (2008), este último desdichadamente aún sin estrenar entre nosotros. El resto de sus títulos, por el contrario, no verifica tal aserto. Ni Reconstrucción (1970), su primer largometraje, ni Alejandro el Grande (1980), Viaje a Citera (1984), El apicultor (1986), Paisaje en la niebla (1988), El paso suspendido de la cigüeña (1991) o La eternidad y un día (1988) la incluyen como elemento decisivo. Apreciar las diferencias entre uno y otro segmento de su filmografía es uno de los objetivos de este trabajo. Su obra representa una de las cumbres de la modernidad cinematográfica alumbrada inmediatamente después de mayo del 68, y hace del plano secuencia y la amalgama de tiempos dos de sus características mayores. Editorial Cátedra.