«ROM», de Menelaos Karamaghiolis, por Jonathan Larcher

«ROM», de Menelaos Karamaghiolis, por Jonathan Larcher

Desde su primera película en el año 1985, titulada Alpheus, Menelaos Karamaghiolis, nacido en 1962, construyó una obra atípica que oscila entre documental y ficción.

Este verano, tras la fuerte impresión que causó la proyección de ROM (1989) en la Cinémathèque Française como parte de la sección “Cine Romani” en el marco de un programa de proyecciones de vanguardia, comenzamos a intercambiar correos electrónicos y llamadas de teléfono.

En primer lugar, la visión de ROM nos sacudió tanto a Nicole Brenez como a mí mismo, como lo hace una perla rara de ese cine que confronta la historia del control, del genocidio y de la soberanía visual de las familias romaníes  (Manush, Gitanos, Cíngaros, Bohemios, Calés, etc).

Hablando con Menelaos Karamaghiolis, me di cuenta que la singularidad e importancia de ROM excede el ámbito de este marco de “Cine Romaní”.

La vida de la película, -desde los incidentes del rodaje hasta la feliz coincidencia de su distribución-, es un resumen de la historia del cine documental griego que muestra cómo la forma de una película puede confrontar a un tiempo las convenciones figurativas y narrativas que se comparten en el espacio público.

Las constantes improvisaciones que caracterizaron el rodaje y el montaje de ROM fueron de algún modo un auténtico campo de experimentación para Menelaos Karamaghiolis que marcó todas sus películas sucesivas.

Por estas razones preguntamos a  Menelaos Karamaghiolis si era posible colgar en internet un largo extracto de su película.

Generosamente respondió que nos podía facilitar la versión íntegra con subtítulos en francés y en inglés, porque «le gusta que las películas puedan ser vistas libremente por todo el mundo, en especial aquellas de mayor compromiso social hacia los pueblos más vulnerables, en una época en las que nos vemos rodeados por una nueva e intensa ola de racismo y prejuicios en contra del pueblo romaní».

La breve entrevista que sigue a continuación presenta el estreno en internet de la película, y concluye la citada sección del programa de cine romaní. Es sólo una parte de una larga conversación que mantuvimos sobre ROM, la situación de los gitanos griegos y la práctica de las películas documentales.

Pregunta (P.): ¿Podría hablarnos de la génesis de la película, cómo surgió la idea de la misma y cómo encontró el capital suficiente para filmarla?

Menelaos Karamaghiolis (M.K.): En 1988, fue un periodo en el que, en Grecia los documentales sólo podían hacerse a través de la antigua Sociedad de Radiodifusión Helénica. Normalmente, nos facilitaban el tema, por supuesto no quería producir una película sobre los gitanos griegos, un asunto tan delicado. Pero en aquella época, el director de la radiotelevisión griega (ERT, la ex-Hellenic Broadcasting Corporation) me conocía muy bien por una película anterior que filmé en la isla de Lesbos, siendo el presidente del gobierno regional.

Así que me pidió un documental sobre Grecia y Europa. Le dije que lo haría si me permitía continuar con el documental sobre los gitanos griegos que la ERT me había negado durante años. Me dió el permiso así que comenzamos a filmar en mi ciudad, Tebas, cerca de Atenas, donde pueden verse romaníes en cualquier lugar. Se alojaron en campamentos a la entrada de la ciudad, trabajaban en la agricultura y en otros trabajos similares.

Hasta los años ochenta, eran un elemento necesario para la ciudad. Pero 1989 fue el último año en el que existieron esos campamentos, y en el que se rompió esa relación de necesidad con el resto de la población.

Así comenzamos a filmar la película, sin dinero suficiente ni la capacidad de ir más allá, a otros lugares o localizaciones en Grecia.

P. : En el breve texto que me envió, me decía que fue la primera vez que se utilizó el término “Rom” para denominar a los “gitanos”. ¿Se refiere usted en la historia del cine o más extensamente en el espacio público de Grecia?

M.K. : En el espacio público, y por los mismos gitanos. Ellos no lo conocían. Cuando terminé la película, no era más que un documental de televisión, de los que pasan después de las noticias.

Pero de repente, fue proyectado en el Festival de Cine de Tesalónica del año 1989 (que en aquel tiempo era el único festival de cine de Grecia).

Después de la proyección, la audiencia aplaudió en pie durante veinte minutos. Ganamos algunos premios, al mejor documental, al mejor montaje. Después la película estuvo en otros festivales como el  Cinéma du reel (1990), o el IDFA (1991). Cuando decidieron proyectar la película tras Tesalónica, había tantas personas fuera del cine que tuvieron que hacer dos proyecciones. Sin publicidad ni nada, sólo gracias al boca a boca, se llenó el cine (…)

La radiotelevisión griega ni siquiera pagó la traducción de una copia para ser exhibida en el extranjero.

La película sigue su curso y el último paso ha sido en la Cinémathèque Française.

Ya no se ha proyectado más, pero a causa de esta última proyección, hubo dos proyecciones más, por primera vez en la Filmoteca Griega que tuvieron mucho éxito, y habrá otras proyecciones en las próximas semanas en Tesalónica. Muchas gracias, a usted y a Nicole Brenez.

D. : Usted dice también que la ERT censuró la película. ¿Podría describir de qué modo intervinieron?

M.K. : Sí, la ERT ejerció una suerte de censura sobre la película en un tiempo en el que los documentales eran subestimados en Grecia. Un empleado de la ERT vino y dijo: “Somos los productores y necesitamos ver la película antes de que esté terminada”. Tras verla, dijo: “La película no puede ser así, han de cortarse todas la entrevistas con los gitanos en las que se les pregunta por escuelas, ayuda, justicia, bienes”. También tuvimos que cortar un cuento de hadas,  y una canción que fue muy popular en aquel entonces,  “la Madonna me mira en lágrimas…”. La  ERT tampoco la aceptó.

Pero no se dieron cuenta de que estaba fabulando sobre lo que es griego y lo que no, porque, ¿sabe? todavía existen esos peligrosos discursos sobre qué es lo griego, herededados del pasado.

Por supuesto que hablamos la misma lengua, pero en primer lugar debemos aprender lo que fue la antigua civilización griega, y después pensar si somos o no una continuidad de aquella.

Porque incluso durante el Imperio Bizantino, Grecia no existía como país. Es un país de dos siglos de antigüedad.

Por esta razón representé el juego de dos niños gitanos vistiendo el traje regional griego durante una sesión de fotos.

En mi opinión, este es el escándalo de la película del que nadie se ha percatado todavía.Si la película fuera filmada hoy, con Amanecer Dorado en escena, estos prohibirían la película: dos niños gitanos  representando el epítome de la identidad nacional griega.

D. : Respecto a las imágenes del peregrinaje de Tenos, me sorprende el modo en el que filmó y montó, porque las imágenes muestran papas y militares,  políticos probablemente, y las voces hablan de la persecución del pueblo gitano por las diferentes autoridades.

Y tal y como apuntó Nicole Brenez, este fresco poético, construido como un desvío del documento, -las postales de mujeres con el pecho desnudo son del Magreb, ¿no es así?-, es único en la historia del cine gitano.

M.K. :Entiendo lo que quiere decir. Sí, construí esas imágenes de peregrinación. Fui dos veces en dos años diferentes, la primera vez solo con una pequeña cámara, la segunda con un pequeño equipo.

En Grecia, el 15 de agosto es la Semana Santa del verano. Hace más de un siglo, encontraron un icono de la virgen en la isla de Tenos.

Hizo algunos milagros y desde aquel momento se ha convertido en un lugar como Santiago de Compostela. Los gitanos en Grecia tienen una relación muy intensa con la Virgen. En los años setenta comenzaron a ir cada año a Tenos.

Hoy puede verse a los gitanos en torno a la iglesia en sus sacos de dormir. Pero por aquel entonces no les estaba permitido entrar en la iglesia, tenía que saltar a los soldados que se alineaban delante… Yo intentaba filmarlo, y era realmente difícil porque los soldados también intentaban detenerme. Incluso algunos sacerdotes se plantaron ante la cámara. Esas fricciones fueron muy interesantes.

A pesar de todo esto, los gitanos decidieron volver cada año y creían en ello, gastaban su dinero. Lo celebraban año tras año. Por este motivo hacían todo lo que fuera necesario, como ir desde el mar hasta la iglesia de rodillas o participar en la liturgia de un modo muy apasionado…

Y están enfermos, tienen problemas, van allí para sentise mejor. Porque no confían en los médicos o no tienen acceso a los hospitales. En esa letanía podemos hallar todo, tal y como decías: el ejército, los sacerdotes, la virgen, la pasión, los recuerdos.

No obstante, hay que señalar que Grecia fue el único lugar en el que los gitanos no fueron perseguidos durante los siglos que estuvieron allí, y en concreto durante la Segunda Guerra Mundial, los griegos les ayudaron para que no fueran llevados hasta los campamentos nazis. Les ocultaron y les ayudaron.

Hoy es totalmente diferente. Todo ha cambiado en estos últimos veinte años.

En los reformatorios donde filmé un documental en el año 2012, el noventa por ciento de los jóvenes internos eran gitanos.

D. : ¿y cómo hizo para construir la narración con cuatro voces diferentes?

K.M. : Toda solución en la cinematografía griega es el resultado de numerosas dificultades. Fue muy difícil proceder al montaje en aquel entonces, imposible ver lo filmado y carísimo editar en una moviola. Así que tuve que crear algo similar a un guión para ayudar al editor.

Y encontré la solución con esos cuatro héroes, todos ellos basados en personas reales que conocí durante el rodaje de la película. Tuve que ser muy claro respecto a lo que era importante para mí. Debemos conocer la historia de los romaníes, ese es el papel del maestro.

Así, necesitamos conocer sus cuentos de hadas, por lo que necesitamos a una anciana gitana, Tamara. Necesitamos nuestro propio punto de vista, el del fotógrafo que les retrata, y también una voz propia que describa cuál es la realidad hoy. Esa voz es la de la joven Aima, una gitana que no dice que es gitana.

Al final, su personaje acusa al fotógrafo, nos acusa a mí y al equipo. Eso me gustó, porque me sentía muy culpable todo el tiempo, filmándolos, hablando con ellos. Me preguntaba: “¿qué estás haciendo aquí? Harás tu película y te irás a casa.”

Entrevista realizada vía Skype el 29 de septiembre de 2016.

La revista “Débordements” da las gracias a Lucie Wright.

[1] Desde el año 2011 al 2016, Menelaos Karamaghiolis escribió y dirigió una serie documental de televisión titulada Encuentro con personas célebres.

Entre esas veinticuatro películas, la titulada “El regreso “(2015, video, 72’) describe como el teatro puede convertise en un medio de educación y reintegración para un grupo de menores presos.

Traducido de la web de la revista Débordements.

Película con subtítulos en francés: