Muere el guionista Walter Bernstein

El guionista Walter Bernstein fallece en Manhattan a los 101 años de edad a causa de una neumonía.Bernstein llegó por primera vez a Hollywood en 1947, con un contrato de diez semanas con el guionista, productor y director Robert Rossen en Columbia Pictures. Después de esa etapa, trabajó durante un tiempo para el productor Harold Hecht, lo que le valió su primer crédito en pantalla, compartido con Ben Maddow, por su adaptación de la novela de Gerald Butler Sangre en las manos para la película de Universal Pictures de 1948. Posteriormente regresó a Nueva York, donde escribió para The New Yorker y otras revistas. En 1950, debido a sus numerosas afiliaciones políticas de izquierda, su nombre apareció en la tristemente célebre publicación Red Channels, y como resultado fue incluido en la lista negra de Hollywood. Sin embargo, a lo largo de la década de 1950 pudo seguir escribiendo para televisión, usando seudónimos o mediante el uso de «testaferros«. Empezó a ser reconocido en el ambiente cinematográfico nuevamente cuando el director Sidney Lumet le contrató para escribir el guión de la película de Sophia Loren Esa clase de mujer (1959). A partir de entonces, Bernstein pudo trabajar abiertamente en películas como Un día volveré (1961) y Punto límite (1964). También contribuyó, sin recibir crédito, a los guiones de Los siete magníficos (1960) y El tren (1964), y fue uno de los escritores que trabajaron en el guión de la malograda Something’s Got to Give, que quedó inconclusa en el momento de la muerte de su estrella, Marilyn Monroe, en 1962. Con el director Martin Ritt trabajó en La tapadera (1976), drama sobre un cajero de restaurante (interpretado por Woody Allen) sin talento real ni convicciones políticas que es contratado para actuar como «tapadera» de los guionistas de televisión incluidos en la lista negra durante la década de 1950, lo que le valió a Bernstein una nominación al Oscar al mejor guión original y el premio WGA al mejor drama escrito directamente para la pantalla. En 1980 dirigió su único largometraje, El truhán y su prenda, un remake de la película de 1934 basada en la historia de Damon Runyon del mismo nombre.