Cannes, día 11: Suleiman y Efira

El cineasta palestino Elia Suleiman regresa al Festival de Cine de Cannes con It Must Be Heaven, un cuento burlesco en el que explora los temas de la identidad, la nacionalidad y la pertenencia. Se trata de una película con ecos autobiográficos en la que mezcla sus recuerdos con los de sus padres. El cineasta declara que «si en mis películas anteriores Palestina podía asemejarse a un microcosmos del mundo, mi nueva película pretende mostrar el mundo como un microcosmos de Palestina«. Con este retrato de las ciudades y de sus habitantes, Elia Suleiman firma un relato hecho de historias humanas, íntimas y conmovedoras, así como un reporte del estado de un mundo caracterizado por las tensiones geopolíticas. Se completa el día y las proyecciones de la sección oficial a concurso con Sibyl, una “dramedia” de Justine Triet protagonizada por Virginie Efira, que trata los temas de la identidad, las raíces y el proceso de creación. La directora continúa explorando la identidad y las raíces, una reflexión que ya había comenzado en sus primeras películas a través de la imagen de una mujer que se debate entre su vida privada y su vida profesional, sus angustias y sus emociones. Concluidas las proyecciones de la sección oficial a concurso, Pedro Almodóvar destaca con Dolor y gloria como aspirante mejor posicionado para obtener la Palma de Oro, aunque entre las favoritas también se encuentran la película coreana de Bong Joon-ho, Parásitos, y la italiana de Marco Bellochio, El traidor, o A hidden life, de Terrence Malick.