CARTA DE ROLAND BARTHES A MICHELANGELO ANTONIONI

-Invierno de 1980-

“Ser Artista hoy”

Querido Antonioni,

Nietzsche, distingue dos figuras en su tipología: el predicador y el artista. Hoy en día, tenemos predicadores para dar y vender. De todas las religiones, e incluso fuera de la religión. Pero artistas…

Llamo juicio del artista no a una virtud antigua, aún menos a un discurso mediocre sino por el contrario a ese saber moral, esa sensibilidad para discernir entre el sentido,- significado-,  y la verdad, para no confundirlos nunca. ¡Cuántos crímenes ha cometido la humanidad en nombre de la verdad! Y sin embargo, esta verdad sólo tenía un único sentido. ¡Cuántas guerras, represiones, terrores, cuántos genocidas para el triunfo de un único sentido! El artista sabe que el significado de una cosa no es la verdad. Este conocimiento es una sabiduría, podría decirse que es un juicio demente porque lo aparta de la comunidad, del rebaño de fanáticos y arrogantes. No obstante, no todos los artistas poseen este juicio (…)

Esta  operación terrorista se denomina habitualmente “realismo”. De este modo, cuando Vd.declara (en una entrevista a Godard), “siento la necesidad de expresar la realidad en términos que no sean en absoluto realistas”,  Vd. manifiesta un sentimiento exacto del sentido. Vd. no lo impone, pero tampoco lo niega. Esta dialéctica es la que otorga a sus películas (vuelvo a emplear de nuevo la misma palabra) una gran sutileza: su arte consiste en dejar abierto el camino del significado, de algún modo indeciso, por escrúpulo. Ahí es donde se realiza de un modo muy preciso la tarea del artista tan necesario en nuestros días: ni dogmático ni insignificante (…)

La primera fragilidad del artista es esta: pertenece a un mundo en transformación, pero él mismo también cambia. Es algo banal,  pero para el artista es vertiginoso. Porque nunca sabe si la obra que propone se  debe a la variación del mundo o a un cambio en su subjetividad. Vd. siempre ha sido consciente, – eso parece-, de la relatividad del tiempo que describo (…)

Querido Antonioni, he intentado expresar en mi lenguaje intelectual las razones que, más allá del cine, hacen de Vd. uno de los artistas de nuestro tiempo. Este cumplido no es algo sencillo, como ya sabe. Porque ser artista hoy  ya no es algo que se halle respaldado por la conciencia de una gran función social o sagrada. Ya no se trata de ocupar el panteón burgués de los Faros de la Humanidad. Consiste en el deber de afrontar ante cada obra en sí misma los espectros de la subjetividad moderna que  son, -en tanto que ya no se es predicador-, el cansancio  ideológico, la mala conciencia social, la atracción y el rechazo por el arte fácil, el temblor de la responsabilidad, el escrúpulo incesante que divide al artista entre la soledad y lo gregario.

Disfrute hoy de este momento apacible, armonioso, conciliador, donde toda una colectividad se pone de acuerdo en reconocer, admirar, amar su obra. Porque mañana volverá a comenzar el trabajo duro.

Roland Barthes

Traducido de www.deslettres.fr por Esmeralda Barriendos