Cannes, día 8: Farhadi & Ducournau

Asghar Farhadi regresa a Irán, tras su paso por España con Todos lo saben, que inauguró la 71 edición del Festival de Cine de Cannes, para centrarse en la historia de un preso, interpretado por Amir Jadidi, condenado por una deuda que no pudo pagar. Durante un permiso de dos días encuentra una bolsa de monedas de oro que podría saldar buena parte de la deuda pero opta por encontrar a su propietario y devolvérsela. La sucesión de dilemas morales que se suscitan a lo largo del metraje, auspiciados por giros en el guión que tratan de confrontarlos, alcanza extremos lindantes con la inverosimilitud que desvirtuan su tramo final. El despropósito de la jornada, seleccionado a concurso por alguién que no debe de tener muy claro que clase del Festival es el de Cannes, sería Titane, segundo largometraje de Julia Ducournau tras Crudo (2016), que sería una película más apropiada para Sitges. Tras una serie de crímenes sin explicación, un padre, encarnado por un musculado Vincent Lindon, encuentra a su hijo desaparecido hace 10 años, interpretado por a la debutante Agathe Rousselle. El valor de la película residen en poner en imágenes lo que relatado, baste decir que la protagonista queda embarazada de un vehículo, resulta absolutamente incoherente y aparentemen imposible de trasladar al lenguage cinematográfico.