Green Book se impone en la noche de los Oscar al alzarse con el premio más importante de la ceremonia, el de mejor película, que le es entregado por Julia Roberts. El filme dirigido por Peter Farrelly logra tres estatuillas de las cinco a las que competía: película, guión original y actor secundario (Mahershala Ali) y ha acabado imponiéndose contra todo pronóstico a la Roma de Alfonso Cuarón, que prometía hacer historia en esta 91ª edición. El filme logra tres de los diez premios a los que aspiraba: película de habla no inglesa, director y fotografía. La favorita, de Yorgos Lanthimos, que optaba a otras diez estatuillas, solo obtiene el premio a la mejor actriz para la británica Olivia Colman, que se lo arrebata a la veterana Glenn Close, quien partía como gran favorita por su trabajo en La buena esposa. Bohemian Rhapsody se convierte en otra de las sorpresas inesperadas al llevarse cuatro premios de los cinco a los que aspiraba: mejor montaje, edición de sonido, mezcla de sonido y mejor actor protagonista para Rami Malek. La gala, sin presentador oficial por primera vez en 30 años, se desarrolla de forma ágil y en un ambiente claramente festivo, pero sin grandes momentos para el recuerdo en sus escasas tres horas y media de duración. La banda británica Queen, con Adam Lambert como vocalista, se encargó de abrir el show por todo lo alto con algunas canciones emblemáticas del grupo como We will rock you o We are the champions que entusiasmó al público del teatro Dolby.
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