El artista sudafricano William Kentridge es galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2017. Este premio, es el primero de los ocho galardones internacionales que convoca anualmente la Fundación Princesa de Asturias, y que este año alcanzan su XXXVII edición. Kentridge (Johannesburgo, 1955) estudió Ciencias Políticas y Estudios Africanos en la Universidad de Witwatersrand, donde se graduó en 1976. Posteriormente, se matriculó en Bellas Artes en la Fundación de Arte de Johannesburgo. Desde los años noventa ha combinado la práctica del dibujo con el cine y el teatro, convirtiéndose en un artista multidisciplinar que ha cultivado, además, la escenografía, el collage, el grabado, la escultura y el videoarte. Sus dibujos animados o «películas dibujadas», como las denominan algunos especialistas, han recorrido las salas de los centros de arte más prestigiosos del circuito internacional. A diferencia de otras técnicas de animación, la suya consiste en la filmación de dibujos que modifica una y otra vez, borrando y añadiendo trazos de inspiración expresionista, según los expertos, por medio de una paleta monocroma con ligeros toques de pastel azul o rojo. Los grabados de las denominadas series Pit, casi treinta monotipos o impresiones únicas realizadas en los años setenta, y de las llamadas Domestic scenes, cincuenta grabados de pequeño formato producidos en los ochenta, construyeron la base sobre la que giran sus carboncillos y animaciones posteriores. Entre ellas, Johannesburg: 2nd greatest city after Paris (1989) y Felix in exile (1994) destacan por la introducción de dos personajes, Soho Eckstein y Felix Teitlebaum, con los que plasma el sufrimiento, la dominación, la culpa, el tiempo y la memoria, temas protagonistas de su obra. En obras como Automatic writing (2003), el autorretrato y las referencias autobiográficas son habituales. A partir de 2003, Kentridge comenzó a interesarse por la escultura y la videoinstalación y a incluir referencias al teatro, la ópera y el cine en sus nuevos trabajos.