Venecia, día 10. Finalizan las proyecciones a concurso del Festival de Cine de Venecia con Khers nist (No bears), del director iraní encarcelado Jafar Panahi quien, ante la imposibilidad de estar en el festival, envía un escueto mensaje que lee el director de la Mostra en el acto «Cineastas bajo ataque: Haciendo balance, pasando a la acción» y que dice: “Somos cineastas, para nosotros vivir es crear. El trabajo que creamos es libre, por lo que algunos de nuestros gobiernos nos ven como criminales. A algunos cineastas se les prohibió hacer películas, a otros se les obligó a exiliarse. Sin embargo, la esperanza de volver a crear es nuestra razón de ser”. La película retrata dos historias de amor paralelas. En ambos, los amantes se ven perturbados por obstáculos ocultos e inevitables, la fuerza de la superstición y la mecánica del poder. La otra película de la jornada es Les miens, de Roschdy Zem, en la que un joven amable, desinteresado y familiar, después de un traumatismo craneal, cambia su carácter radicalmente para enfrentarse a todos menos a su egocentríco hermano que es presentador de televisión. También se proyecta Chiara, de Susanna Nicchiarelli, ambientada en el Asís de 1211 donde una joven de dieciocho años se escapa de casa para reunirse con su amigo Francesco, lo que provocará que su vida cambie para siempre.