Según un artículo publicado en Los Angeles Times,varios miembros acusan a la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA) de un comportamiento poco ético con los fines de la organización. La última polémica surgía a raíz del rechazo de la solicitud de la periodista Kjersti Flaa para entrar a formar parte de la asociación. La noruega denunciaba ante los tribunales a la organización por su «cultura de la corrupción», que ha hecho que esta entidad esté exenta de impuestos, reciba «miles de dólares en emolumentos» y excluyan solicitantes cualificados, aunque finalmente, la denuncia fue rechazada por un juez federal. Son numerosos los episodios sobre supuestos tratos de favor que Los Angeles Times recoge entre sus líneas, incidiendo en uno de los más actuales por las nominaciones de este año. En 2019, más de 30 miembros de la HFPA viajaron al set de rodaje de Emily en París en Francia. Un desplazamiento para el que el grupo gozó de dos noches en un hotel de cinco estrellas (1.400 dólares la noche) y un almuerzo en el Musée des Arts Forains, un museo privado repleto de atracciones de 1850, donde se rodó la serie. El problema surgió cuando, tras el éxito de la serie en su estreno en Netflix, la HFPA nominaba a la serie en dos categorías. Esta noticia sorprendía muchísimo a todos los críticos y espectadores debido a la ausencia de otras producciones más populares. La propia guionista de Emily en París criticaba este reconocimiento sorprendente que dejaba fuera a la magnífica Podría destruirte, algo que para muchos era inadmisible. Esto era señalado instantáneamente como un presunto favoritismo de la asociación. Los socios de la HFPA trabajan a tiempo completo para medios de comunicación extranjeros, donde son invitados a viajes de trabajo, reciben regalos, cenas y acuden a fiestas repletas de estrellas meses antes de las nominaciones. Un grupo tolerado por todos y agasajado por multitud de compañías como herramienta de mercadotecnia. De hecho,Los Angeles Times ha descubierto que la organización sin ánimo de lucro realiza regularmente importantes pagos a sus propios miembros, que podrían infringir las directrices del Servicio de Impuestos Internos. Una cantidad de dinero que ascendería al cobro de casi 2 millones de dólares en pagos en el año fiscal de 2020 por sus servicios en varios comités. Algo que se suma a las diversas acusaciones por las violaciones de sus propios estatutos de forma constante.