Un documental de la BBC vuelve a reivindicar que la primera película fue filmada en 1888 en el norte de Inglaterra por Louis Le Prince, quien desapareció antes de poder reclamar su lugar en la historia del cine. Todo ocurrió cuando una familia se reunió en un jardín en un suburbio de Leeds hace más de 125 años, el 14 de octubre de 1888. Esa película fue filmada varios años antes de que Edison y los hermanos Lumière hicieran algo parecido. Es por eso que el director del documental La primera película, David Wilkinson, insiste en que Le Prince es el verdadero padre de la cinematografía. Le Prince nació en Metz, en el noreste de Francia. Estudió química y física en la universidad y luego trabajó como fotógrafo y pintor, antes de que le ofrecieran trabajo en la firma de ingeniería de John Whitley en la ciudad de Leeds. Tres años después de mudarse allí se casó con la hija del jefe, Elizabeth Whitley. Por entonces, la fotografía estaba empezando a sentar raíces y Le Prince comenzó a experimentar con la idea de fotos móviles. Además de la escena en el jardín usó su cámara para filmar una secuencia corta de gente y carruajes en el puente de Leeds y a su hijo Adolfo tocando el acordeón. Logró capturar la acción, pero su invención no servía de mucho si nadie podía ver la película después, así que experimentó con técnicas de proyección y planeó presentar su obra en público por primera vez en Nueva York en 1890. Tras visitar a su hermano Albert en Francia con dos amigos -los Wilsons-, se dice que Le Prince abordó un tren que iba de Dijon a París en septiembre de 1890. Nadie lo volvió a ver jamás. Hay muchas teorías sobre su desaparición. Su viuda Lizzie creía que Edison lo había matado para quitar a un rival del camino. Otros piensan que Le Prince se suicidó pues estaba al borde de la bancarrota, o que desapareció y empezó una nueva vida, o que su hermano Albert lo mató en una pelea por la herencia de su madre. Hay quienes han especulado que su familia le ordenó que se fuera tras descubrir que era homosexual. El caso es que poco después Lumière y Edison lograron que el público pagara por ver sus películas, y Le Prince no llegó a formar parte de la historia.