El castillo Hearst, ubicado en las colinas de San Simeón, en California, acoge por primera vez la proyección de Ciudadano Kane, de Orson Welles basada en el magnate William Randolph Hearst. Welles estrenó la película en 1941, diez años antes del fallecimiento de Hearst, fundador de uno de los más grandes imperios empresariales de la prensa norteamericana, cuyos esfuerzos por evitar que la obra viera la luz fueron en balde.
La película se proyecta con el visto bueno de su familia, en un evento cuyas entradas cuestan 50 dólares y al que acuden algunos nombres ilustres de Hollywood. La iniciativa es parte del Festival de Cine Internacional de San Luis Obispo, una idea que comenzó como una broma, según admitió su directora, Wendy Eidson.
La mansión real, llamada originalmente por Hearst «La Cuesta Encantada» y diseñada por Julia Morgan, es un suntuoso edificio con casi 180 habitaciones cuyas torres se inspiran en las de la catedral de Ronda (Málaga) y en cuya construcción empleó este multimillonario más de veinte años y gran parte de su enorme fortuna.