Paulino Viota es un personaje legendario. Pero uno cuya leyenda, al contrario que en el caso de otros compañeros de generación, no parte de la experiencia cinematográfica pasada sino de la singularidad de la labor docente de un profesor de cine que imparte unas extensas clases donde disecciona en detalle y con pasión exultante escenas de cineastas como Ford, Eisenstein, Chaplin o Godard. Imposible obviar la intensidad e inteligencia derrochada en sus clases, la importancia de su magisterio así como, también, que a su más célebre largometraje, Contactos, muchos suelen llegar preguntando por el pasado de ese atípico profesor. Este volumen no tiene otra intención que aclarar esa zona de sombra que injustamente es la obra luminosa y rebelde de un hombre de cine que siempre peleó por vivir cerca de su objeto de deseo: si no haciendo películas, escribiendo o hablando sobre ellas. Un cineasta pegado como pocos a la realidad socio-política de su tiempo, y que asumió la influencia de otras cinematografías e incluso artes del modo más riguroso y sincero que se pueda encontrar en este país. Uno de esos cineastas que siempre son relegados a la segunda o tercera división de la cinematografía española, pero sin tener en cuenta que es la calidad de esas divisiones la que, como decía Raúl Ruiz, nos da fe del valor de una cinematografía. Editorial Shangrila.