La actriz británica Barbara Shelley, que durante los años 60 fue la gran estrella femenina de la productora Hammer Films, fallece a los 88 años y su agente rechaza que su muerte se haya producido por Covid-19, a pesar de que la actriz se contagió de la enfermedad en el pasado. Barbara Shelley alcanzó el estatus de reina del terror con su trabajo en las producciones más vistosas de la Hammer. Fue en el seno de la productora británica donde debutó profesionalmente con un pequeño papel en Mantrap (1953). El director de aquel filme era nada menos que Terence Fisher, quien años después volvió a contar con ella en La Gorgona (1964), junto a las dos estrellas de la casa, Christopher Lee y Peter Cushing. Drácula, príncipe de las tinieblas (1966), una de las más legendarias películas de Fisher, supuso la culminación de Shelley como «scream queen» e icono terrorífico de colmillos afilados. Ese mismo año también coprotagonizó Rasputín, de Don Sharp, de nuevo junto a Christopher Lee.