El cineasta francés Jacques Rivette, considerado el padre de la «nouvelle vague» junto a Jean-Luc Godard, François Truffaut y Claude Chabrol, fallece en París a los 87 años de edad. Rivette nació en Rouen el 1 de marzo de 1928 y sus primeros contactos con el cine fueron a través de la crítica, a través de la cual siempre buscó la polémica. Cuando en 1949 desembarca en París se encuentra en la cinemateca a Truffaut, Chabrol y Godard, con quienes funda La Gazette du cinéma, donde para muchos se establecen los fundamentos de la «nouvelle vague». En los años siguientes trabajó como auxiliar técnico para Jean Renoir, Truffaut y Rohmer, hasta que tras rodar varios cortos lanzó su primer largometraje, París nos pertenece, tras superar problemas de financiación. Crítico además de Cahiers du cinéma, pasó a ser su jefe de redacción en 1963, y será desde entonces la conciencia y la voz del grupo. Su segundo filme, que era una versión muy teatral, depurada e ingeniosa de La religiosa (1966), le dio prestigio y causó una polémica involuntaria (pues fue prohibido absurdamente unos meses); está concebido a partir de la novela de Diderot (y de ciertas ideas musicales); él prefiere llamarlo Suzanne Simonin, la Religieuse de Diderot; hoy es un clásico, que ha ayudado a recuperar otro clásico: el propio Diderot. Varias de sus cintas destacan por su gran longitud, aunque sólo Out 1 (1971) es excepcional y dura 13 horas (tiene una versión reducida a 4 horas y media). Pero su experimentalismo queda mitigado o enriquecido por la variedad, el misterio y cierto tono de comedia. Después de hacer Duelle (1976) y Noroît (1976), retornó a un mayor realismo con Le Pont du Nord (1980), antes de explayarse en su temas favoritos (el complot, la fantasía, el ensayo teatral) con El amor por tierra (1984), sobre la extraña representación teatral de cierto director en una mansión; con su versión contemporánea de otra pieza literaria clásica, Cumbres borrascosas (1985); o con una obra maestra de ambiente teatral, La banda de las cuatro (1988). Luego realizó La bella mentirosa (1991), sobre las vicisitudes de un pintor en su estudio, Juana la virgen (1994), Alto bajo frágil (1995), más relacionado con la comedia. Posteriormente, con Confidencial (1998), vuelve el relato dramático y quiere rendir homenaje a algunos clásicos del suspense norteamericanos como Hitchcock. Con Vete a saber (2001), realizó una comedia inspirada libremente en Le Carrosse d’or de Jean Renoir. Y prosiguió su trabajo con La historia de Marie y Julien (2003); La duquesa de Langeais (2007), que adapta a Balzac; y más recientemente, 36 vues du Pic Saint-Loup (2009), cuando sobrepasaba los ochenta años.