Comienza la 15ª edición del Festival de Málaga-Cine Español en un momento en el que la crisis económica se cierne de forma amenazadora sobre la producción cinematográfica española y sobre los propios Festivales de Cine, lo que se concreta en este caso en una reducción presupuestaria que pasa de los 1,9 millones de la pasada edición a 1,68 millones de euros. A pesar de ello, la oferta de Málaga resulta exorbitante por la diversidad de secciones (ZonaZine, dedicada al cine más independiente, documentales, videocreación, cortometrajes y latinoamericana) a las que en esta edición hay que añadir una nueva, Animazine, dedicada exclusivamente al cine de animación y que, aunque parezca sorprendente, permite incluir una total de 11 largos. En cualquier caso, el principal escaparate sigue siendo la sección oficial, plataforma publicitaria para los 13 largos que compiten por la Biznaga de Oro este año y que se estrenarán en salas comerciales próximamente en función de la repercusión obtentida.