Los cines de Estados Unidos buscan sobrevivir en un mundo pospandemia que ha revolucionado el negocio: Ofrecerán comidas, suscripciones y pases privados, las películas estarán menos tiempo en la cartelera y competirán con las plataformas de streaming por los grandes estrenos. Hollywood es consciente de que casi el 40 % de sus ingresos en taquilla dependen de un 10-15 % de la población que acude regularmente a los cines. Recuperar a ese público fiel será uno de los primeros objetivos para las salas de proyección, que afrontan la llegada de una avalancha de títulos a partir de la próxima semana. Si tienes una película, pero no una gran pantalla entonces no tienes nada, aseguró esta semana Arnold Schwarzenegger en un evento organizado por la Asociación Nacional de Propietarios de Cines (NATO) para dar el pistoletazo de salida a la temporada. El pasado 31 de marzo, la industria respiró aliviada al comprobar que Godzilla vs. Kong agotó las entradas en su estreno. El calendario juega de su parte y desde finales de mayo, los estudios comenzarán a estrenar títulos que llevaban más de un año guardados. Pero los cines deberán competir por primera vez con la televisión. Por ejemplo, Warner Bros. decidió que estrenaría todas las películas de 2021 en cines y en streaming, una idea que se mantendrá a pesar de la reapertura. Disney seguirá un modelo parecido: Cruella y Black Widow podrán adquirirse en Disney+ por un precio de 29,99 dólares, el equivalente a algo más de dos entradas. Mientras que películas como Luca, lo nuevo de Pixar, solo estarán disponibles en la plataforma. Con este panorama, las salas buscan aportar más valor al precio de una entrada.