La Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social (CEMCS) publica el documento «La piratería en el cine. Una mirada desde la Doctrina Social de la Iglesia». La CEMCS da a conocer este texto en el marco de la L Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se celebra el próximo domingo, día 8 de mayo. El documento empieza constatando como la Iglesia siempre ha entendido el cine como «un medio de comunicación de gran valor para la difusión de la cultura, el primero de los llamados de comunicación de masas, y como una nueva herramienta valiosa también para la evangelización”. También reconoce que las nuevas tecnologías están permitiendo que el cine esté llegando a más personas de un modo sencillo y económico. Sin embargo, alertan de que “sin una pertinente educación moral, esta difusión puede lesionar los legítimos derechos e intereses de un amplísimo número de profesionales que trabajan en la industria del cine”. La CEMCS alerta sobre la extensión de la piratería, que “está llegando incluso a poner en peligro la continuidad de esta expresión cultural tan valiosa para la difusión de ideas en beneficio de las personas”. Ante esta realidad, y teniendo en cuenta que “la dimensión del hombre debe ser enseñada y aprendida en cada generación”, a la CEMCS, le parece oportuno iluminar esta realidad “desde una conciencia moral que busca el bien de los individuos”. Por ello, dirige esta reflexión “a los católicos y a todas las personas que aspiran a construir el bien común”, analizando los distintos factores implicados: económicos, culturales, industriales y evangelizadores. Desde el punto de vista moral la piratería “merece una triple consideración social”. La primera consideración es muy clara: la piratería “incurre en un pecado contra el 7º mandamiento de la Ley de Dios que dice -no robarás-” y remiten al Catecismo de la Iglesia Católica. En segundo lugar, y teniendo en cuenta que se inflige un daño al bien común de la sociedad, denuncian que “dañar un cauce por el que pueden fluir las mejores ideas para el desarrollo social y por tanto limitar a sus miembros el acceso a un bien común posible es atentar contra el bien común de la sociedad y facilitar su alienación”. La tercera reflexión conduce a la conclusión de que la piratería también atenta contra el 10º mandamiento pues el “deseo de poseer los bienes ajenos, por encima de cualquier limitación y derecho, está relacionado con el décimo mandamiento de la ley de Dios que prohíbe la codicia de estos bienes, que está en la -raíz del robo, de la rapiña y del fraude, prohibidos por el séptimo mandamiento-”.