La Fiscalía de Roma escuchó hoy al único condenado por el asesinato del artista Pier Paolo Pasolini, Pino Pelosi, un testimonio que se enmarca en la investigación iniciada con el hallazgo de nuevos restos de ADN en la ropa que el intelectual italiano vestía la noche de su muerte. Pelosi, que en la época ejercía la prostitución, se declaró en un primer momento culpable del asesinato y posteriormente se retractó, aunque finalmente fue condenado en 1979 a nueve años y medio de prisión por este crimen. Hoy, Pelosi reiteró su inocencia ante las preguntas del procurador, Francesco Minisci. Según el testigo, el asesinato fue perpetrado, el 2 de noviembre de 1975 en el puerto de Ostia (cerca de Roma), por un grupo de seis personas «le tendieron una emboscada«. «Pasolini fue asesinado por tres personas. Lo golpearon a sangre fría delante de mis propios ojos. Eran romanos. Dos eran los hermanos Borsellino (Franco y Giuseppe, ya fallecidos). Fue víctima de una emboscada estudiada al detalle«, señala Pelosi, en libertad desde 1983. Esta trampa se ejecutó, según el testigo, con el fin de robar el dinero que el artista ofrecía por entonces a cambio de unas cintas de la película Saló o los 120 días de Sodoma (1975), robadas con anterioridad. «Le convencieron para ir a Ostia con la excusa de negociar la venta de las cintas de la película «Saló», robadas tiempo atrás. Él tenía consigo el dinero, era una excusa para tenderle una emboscada«, refirió.