Italia decreta el final de la censura en el cine, un sistema que fue perdiendo fuerza en los últimos años pero que en el pasado ensombreció el trabajo de grandes maestros como Federico Fellini, Pier Paolo Pasolini o Luchino Visconti. «Abolida la censura cinematográfica. Definitivamente queda atrás el sistema de controles e intervenciones que permitía al Estado limitar la libertad de los artistas«, celebra en las redes sociales el ministro de Cultura, Dario Franceschini. Un decreto con su firma ha puesto punto y final a un proceso para acabar con la censura iniciado hace algunos años y que, a cambio, creará una comisión que se limitará a catalogar las cintas por edades. La comisión estará compuesta por 49 miembros de «comprobada» profesionalidad del sector cinematográfico y contará también con pedagogos y asociaciones de padres y de animalistas. De este modo Italia concluye una «transición» con la que ha ido dejando atrás el sistema de censura, que en teoría todavía permitía prohibir proyecciones u obligar a recortar algunas escenas. Una ley de 2016 había sepultado una institución de 1962 encargada de dar el «nihil obstat» a las películas. El Gobierno de entonces, de Matteo Renzi, asesorado por cineastas como Bernardo Bertolucci, Giuseppe Tornatore, Roberto Benigni o Paolo Sorrentino, optó por un sistema de clasificación según el cual serían los productores los que delimitaran la edad de sus cintas.