El documental Hijos de las nubes, la última colonia, producido y protagonizado por Javier Bardem, consigue la Camella Blanca, el primer premio del Festival de Cine del Sahara (FiSahara). Dirigido por Álvaro Longoria, la cinta analiza los intereses políticos y estratégicos que impiden la resolución del conflicto saharaui y ya fue presentado en la Berlinale. También se conceden dos menciones especiales, una de ellas al documental Gdeim Izik: detonante de la primavera árabe, de Thawra, que narra la creación y el desalojo, en noviembre de 2010, del campamento que los saharauis de la zona ocupada por Marruecos establecieron en El Aaiún. Una segunda mención especial es para Pallasos en rebeldía. En el acto de clausura se da lectura al manifiesto firmado por los invitados, actores y directores, un llamamiento a la sociedad civil española e internacional para que presionen a sus gobiernos en la búsqueda de una solución justa al conflicto del Sahara Occidental.
Manifiesto FiSahara 2012
Los invitados a la novena edición del Festival Internacional de Cine del Sahara después de haber convivido una semana con distintas familias del campo de refugiados de Dajla hemos decidido presentar este texto a la sociedad civil.
Sabemos que son cientos los comunicados y manifiestos redactados por esta causa a lo largo de los años. Sabemos que son muchos los que creen que las palabras son cáscaras vacías que se lleva el viento y que estos manifiestos son brindis al sol destinados a llegar a ninguna parte. Sabemos que no son pocos los que creen que esta es una causa perdida. Pero nosotros creemos distinto. Hemos aprendido de los saharauis que la dignidad no conoce plazos y que la lucha pacífica de este pueblo por retornar a su tierra no cesará hasta que se les devuelva lo que les pertenece por derecho. Hemos aprendido de las revueltas árabes que las palabras son llaves en el motor de la voluntad y la voluntad de la gente unida puede tumbar regímenes que parecían eternos. Hemos aprendido que la vida de los pueblos es más larga que la de los dictadores que los oprimen. Por eso si es necesario repetirlo todo otra vez lo repetiremos una vez o dos o cien o mil o las que sean necesarias para prender en la voluntad de la sociedad civil y mover esta montaña que sabemos que no es ni puede ser eterna.
Tras abandonar España la colonia que tenia en el Sahara Occidental este país sufrió la ocupación de Marruecos ante la lacerante pasividad de España. La ocupación trajo consigo una violenta represión bajo la que se escondía una voluntad de genocidio. Ello condujo a una guerra entre el pueblo saharaui y Marruecos. Guerra que se prolongó durante 16 años y que se cerró con la firma de un acuerdo entre las partes patrocinado por EEUU y Naciones Unidas. En ese acuerdo Marruecos se comprometía a celebrar un referéndum en el que los habitantes del Sahara Occidental decidirían sobre su futuro. Ese referéndum no solo no se ha celebrado sino que los habitantes del Sahara ocupado sufren a diario la negación de su identidad, la represión, la cárcel e innumerables torturas por luchar por la independencia de su país. El encarcelamiento, las palizas, las violaciones y las desapariciones son desgraciadamente prácticas habituales. Por otra parte los exiliados de aquella ocupación llevan 37 años viviendo en campos de refugiados en durísimas condiciones.
No nos vamos a dirigir a los gobernantes españoles que sean del color que sean han apoyado a los saharauis estando en la oposición y los han abandonado al llegar al gobierno. Ni tampoco a los responsables de la MINURSO, la delegación de la ONU para la celebración del referéndum que ha mostrado una pasividad criminal ante los constantes abusos a los derechos humanos, ni tampoco al gobierno francés que se empeña en vetar una y otra vez toda vía de presión a Marruecos no ya para que cumpla sus compromisos sino siquiera para que abandone la sistemática tortura y represión de este pueblo. Nos dirigimos sin embargo a la sociedad civil española, francesa e internacional para que presionen a sus gobernantes e instituciones para resolver esta indignidad que se prolonga desde hace ya demasiado tiempo.
Se ha de celebrar de una vez por todas el referéndum en el Sahara Occidental, La ONU debe asumir la vigilancia en el cumplimiento de los derechos humanos en los territorios ocupados antes de que el siguiente muerto sea la mecha que obligue a los saharauis a retomar un camino, el de la violencia, que ni ellos mismos desean. El gobierno español debe asumir sus obligaciones como estado descolonizadora y situar la defensa de los derechos humanos por encima de ningún otro interés económico.
Sabemos que nada moverán los gobiernos si no son forzados por sus ciudadanos a ello y por eso es a estos a quienes nos dirigimos para que piedra a piedra, palabra a palabra, gesto a gesto se sumen a nuestra voz en esta demanda, en esta exigencia impostergable. Porque sabemos que la única lucha que se pierde es la que se abandona