En la mañana de Navidad de hace cuarenta años, Charles Chaplin (1889-1977), murió mientras dormía en su residencia de Suiza, donde había vivido el último cuarto de siglo y que ha sido convertida en un museo. Consciente de que la figura de Charles Chaplin es imperecedera, el Museo de Charles Chaplin pone este lunes punto final a una serie de actos conmemorativos que han incluido la puesta en funcionamiento de un globo aerostático desde el cual los visitantes pueden realizar un vuelo de diez minutos sobre la residencia en la que vivía el actor con su familia, en la localidad suiza de Vevey. Asimismo, un camino de luces se ha instalado alrededor de la hermosa residencia (conocida como «Manoir de Ban»), que está rodeada de extensos terrenos y desde la que se contemplan las tranquilas aguas del lago Leman y las nieves perpetuas de los Alpes. Además, el pasado día 7 se inauguró en presencia de uno de los hijos de Chaplin, Eugène, una estatua de hielo en la cima del nevado suizo Jungfraujoch (4.158 metros de altura) que representa una escena de la película El niño, en la que Charlot y el niño están sentados uno al lado del otro. Para permitir que el público participe directamente en el día central de las conmemoraciones, el museo abrirá excepcionalmente este lunes sus puertas por la tarde y a una tarifa plana de 10 francos suizos (8,5 euros) en lugar de los 24 francos por adulto y 18 por niño (de 6 a 11 años) habituales. Desde su apertura, en abril de 2016, el museo ha tenido un creciente éxito, con una media anual de 300.000 visitantes llegados de 75 países, que se deleitan con la propuesta de este complejo compuesto de dos secciones.