Fan Popo, director chino de documentales y militante de derechos homosexuales, anuncia haber logrado una victoria parcial contra la poderosa autoridad encargada de la censura, que fue condenada por un tribunal de Pekín. El joven documentalista se percató a principios de 2015 de que Mama Rainbow, un conmovedor mediometraje en el que madres chinas relatan con emoción sus reacciones ante la homosexualidad de sus hijos, había desaparecido de las principales plataformas de video del país. El sitio 56.com le confesó que la película, que tuvo mucho éxito al ser puesta en línea, había sido suprimida tras una demanda de la poderosa Administración de Estado del cine, radio y televisión (SAPPRFT). Popo tomó contacto con la agencia estatal, que le negó haber provocado su desaparición, por lo que «decidí entonces querellarme contra ellos para defender mis derechos y obligarlos a comunicarme sus razones«. La Primera corte intermediaria de Pekín consideró que la respuesta oficial dada a Fan Popo «había infringido la ley» por lo que condenó a la SAPPRFT a pagar 50 yuanes (7 euros) de costes judiciales. Una condena ciertamente simbólica pero rarísima al tratarse de una agencia estatal, verdadero brazo de las autoridades para controlar internet y los contenidos culturales.