Comienzan las proyecciones de la sección oficial a concurso del Festival de Cine de San Sebastián con tres propuestas que resumen bastante bien lo que parece plantear esta edición número 63. Por un lado, el protagonismo del cine español ofrece su primera muestra con Truman, de Cesc Gay; por el otro, Terence Davis, con Sunset song, es el ejemplo perfecto de un tipo de cine que se encuadra dentro de unas coordenadas equidistantes entre la obra maestra y el bodrio, lo que dejará satisfechos a un buen número de espectadores; y finalmente, Evolution, de Lucile Hadzihalilovic, es la apuesta arriesgada, más radical e innovadora que, aunque presente en principio con éste único título, más bien destaca por su ausencia. En el filme de Gay, Ricardo Darín y Javier Cámara interpretan a Julián y Tomás, dos amigos que se reencuentran y que, junto al perro del primero, que da título a la película, convivirán cuatro días en los que recordarán los días felices del pasado y compartirán momentos duros. Davies, por su parte, regresa a Donostia para completar la retrospectiva que se le dedicó en la 56 edición. En esta ocasión, con la adaptación cinematográfica de la novela clásica escocesa de Lewis Grassic Gibbon, en la que atenúa los elementos más evocadores que habían construido su sello de marca. Por lo demás, la francesa Lucile Hadzihalilovic presenta un inquietante e interesante cuento oscuro ambientado en una isla donde solo viven mujeres y niños.