Joshua Thompson presenta una demanda contra los multicines de su localidad, en Michigan, pertenecientes a AMC (la segunda mayor cadena de cines en los Estados Unidos) ante un tribunal del condado de Wayne «cansado de que le timen» por el abusivo precio de los refrescos, palomitas y demás snacks . «Es difícil justificar los precios que son tres y cuatro veces mayor que en cualquier otro lugar«, afirma Kerry Morgan de Wyandotte, el abogado de Thompson. En la demanda denuncia los precios abusivos que los cines imponen sobre los aperitivos que venden en su establecimiento esgrimiendo la Ley de Protección al Consumidor.
El escrito presentado ante el tribunal recoge que el 26 de diciembre pagó 8 dólares por una Coca-Cola y un paquete de cacahuetes cubiertos de chocolate en el cine de Livonia, un precio que casi triplica los 2,73 dólares que pagó por los mismos artículos en un restaurante cercano de comida rápida o en una tienda. Además, este veinteañero se queja de la prohibición del cine de permitir a los espectadores traer sus propios refrigerios de fuera, según apunta el abogado de Thompson.
Según datos publicados por The Hollywood Reporter, de cada dólar que el público se gasta en palomitas, refrescos y aperitivos en los cines, el 85% se convierte en ganancias puras para el establecimiento. En su defensa, los cines afirman que son estos beneficios los que permiten mantener bajo el precio de las entradas, por lo que estos altos precios son, en realidad, en beneficio del espectador.