El tributo al fallecido líder cubano Fidel Castro y la polémica por el veto a una película sobre la intolerancia de la Revolución cubana con los artistas gays en sus inicios, marca la inauguración del 38 Festival Internacional de Cine de La Habana, con una ceremonia en la que se recuerda al exmandatario como uno de los principales «impulsores» e «inspiradores» del séptimo arte latinoamericano. «Hoy inauguramos este festival en circunstancias excepcionales, el líder histórico de la Revolución Cubana, el intelectual Fidel Castro no está con nosotros«, comienza su discurso de apertura el presidente del evento, Iván Giroud. Según Giroud, Fidel fue «motor impulsor» del Festival e «inspirador» de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños y de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, dirigida durante muchos años por su amigo, el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. «Sin su impronta y especial interés por el cine y la cultura, la historia de nuestro cine -al nuevo cine latinoamericano me refiero- sería diferente«, señala Iván Giroud sobre Castro, quien murió el pasado 25 de noviembre a los 90 años. La polémica surge con el veto a la película Santa y Andrés, segundo largometraje del cubano Carlos Lechuga tras la exitosa Melaza (2012), que es una película de ficción sobre la intolerancia de la Revolución cubana con los artistas gays en sus inicios. El Instituto de Cine (ICAIC), organizador del festival, elimina de la programación el filme y su presidente, Roberto Smith, alega una «cuestión de principios» para impedir su proyección. La decisión desata una fuerte polémica en OnCuba Magazine y las redes sociales entre Smith, el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, de un lado, y cineastas y críticos del otro. Hace dos años también fue censurada Regreso a Ítaca, del francés Laurent Cantet, rodada en Cuba con actores cubanos y guión del novelista Leonardo Padura.