Nada menos que 25 largometrajes, catorce de los cuales han competido en el Festival de Cine de Cannes, son los que Ken Loach contabiliza, incluida la Palma de Oro en 2006 con El viento que agita la cebada, hasta llegar a la aplaudida I, Daniel Blake (Yo, Daniel Blake). En esta película, como en la vida, la sombría ferocidad de la administración no impide recurrir al humor negro. Paul Laverty, cómplice desde siempre de Loach, firma una vez más el guión de su última película, nacida de la consternación de los dos hombres frente a la actitud deliberadamente cruel de la administración. Además, dos años después de la magnífica miniserie El pequeño Quinquin (P’tit Quinquin), Bruno Dumont explora la comedia social burlesca en la desconcertante Ma Loute (Slack Bay), y se remonta en el tiempo para viajar hasta 1910 en Pas-de-Calais, donde tiene lugar una historia de amor fantasista con unas misteriosas desapariciones como telón de fondo. De regreso en la costa de ópalo, la región costera del norte de Francia, Dumont lleva a escena la historia de amor entre Ma Loute Brufort, un hijo de pescadores sospechosos de antropofagia, y Billie Van Peteghem, una burguesa andrógina procedente de una familia decadente. Finalmente, y como proyección especial, Rithy Panh, cuya obra es un inmenso ejercicio de memoria, presenta Exil (Exile), una meditación sobre la ausencia, sobre la soledad interior, geográfica, política.