La quinta jornada del Festival de Cine de Cannes está protagonizada por dos mujeres. En primer lugar se presenta una singular experiencia cinematográfica con Les Filles d’Olfa (Cuatro hijas), de Kaouther Ben Hania. La cineasta tunecina desdibuja con su filme los límites entre el documental y la ficción, entre estar en pantalla y fuera de pantalla, entre el dolor y la alegría. Aborda cómo se abate el radicalismo islamista sobre una familia con una propuesta original: mezclar a los verdaderos protagonistas con actores. La otra propuesta del día es el primer largometraje de Ramata-Toulaye Sy titulado Banel E Adama (Banel & Adama). Un reto formidable para la joven escritora y directora franco-senegalesa, que debuta en Cannes con un drama romántico sobre el amor de una pareja frente a las convenciones sociales. En cualquier caso, el gran protagonista de este sábado es Killers of the Flower Moon, el regreso de Martin Scorsese a La Croisette por octava vez tras ganar la Palma de Oro con Taxi Driver en 1976, y del Premio a la Mejor Dirección en 1986 por Jo, ¡qué noche!. Ambientada en la década de 1920 en Oklahoma, este drama policial con aires de western está basado en una historia real y denuncia la falta de derechos de los indios americanos. Además, en proyecciones especiales recibe una gran acogida Robot Dreams, película de animación de Pablo Berger adaptada de una novela gráfica de la estadounidense Sara Varon que se centra en la amistad entre un perro y un robot de compañía, narrada con ternura y melancolía. Finalmente, en la Quincena de los Realizadores la directora Elena Martín presenta su segunda película tras Julia Ist, Creatura, una indagación valiente, sorprendente y poderosa acerca de los tabús sobre el sexo desde la infancia a la madurez.