La «Quincena de los Realizadores» tuvo su origen en el año 1969, inmediatamente después de la agrupación de cineastas en el seno de una asociación denominada SRF (Société de réalisateurs des films).
La vocación de esta sección paralela del Festival de Cine de Cannes siempre ha sido la de mostrar películas y cineastas que permanecen al margen de los grandes festivales internacionales y de las principales redes de distribución.
Esta sección se define por “su libertad de espíritu, el carácter no competitivo y un deseo de apertura hacia un público de espectadores no profesionales que asiste al Festival”.
Con este ánimo hemos llegado hoy a la proyección de The Rider (El jinete) de la realizadora china Chloé Zhao.
Brady, un joven cowboy, adiestrador de caballos y estrella incipiente del rodeo, ve cómo se tambalea su vida después de que un caballo le aplaste el cráneo en el transcurso de un rodeo. No podrá cabalgar más. Ya de vuelta a casa, en la reserva de Pine Ridge, sin el deseo de una vida diferente, se ve enfrentado al vacío.
Para retormar el control de su destino, Brady se sumerge en la búsqueda de su propia identidad, intentando comprender qué significa ser un hombre hoy en el corazón de los Estados Unidos de América.
Chloé es una autora, realizadora y productora china residente en Denver, en los Estados Unidos. En el año 2015, su primer largometraje Canciones que mis hermanos me enseñaron compitió en el Festival de Cine de Sundance y en la Quinzaine des Réalisateurs de Cannes. Fue nominado tres veces a los Film Independent’s Spirit Awards.
Escribo estas líneas con la certeza de haber descubierto esta mañana a una enorme cineasta, embriagada por la verdad de unas imágenes y una historia que, en su sencillez, contienen toda la esencia del cinematógrafo. Con ese deseo de cinéfila atrapada por una idea insobornable del mundo y su doble, no olvidaré su nombre. Motion is really emotion.
Esmeralda Barriendos