Álex de la Iglesia presenta fuera de concurso en la Berlinale El bar, un thriller de humor negro con el que alcanza el número 14 de su filmografía. Según el realizador bilbaíno «es un thriller, efectivamente, que en vez de desarrollarse en un fastuoso hotel berlinés como le ocurre a Bourne, pues transcurre en un bar«, en el que se quedan encerrados varios clientes ante la amenaza de un francotirador. De la Iglesia indica que lo que buscaba era «esa especie de confrontación entre personajes que no tienen ningún punto en común entre ellos» y que «se van desnudando» en una película que va cobrando importancia. En la competición, la realizadora portuguesa Teresa Villaverde presenta Colo, con la que vuelve a la Berlinale desdepués de que 1991 estrenara Os Mutantes. El filme recorre el proceso de desmantelamiento de una familia, formada por el matrimonio y una hija adolescente, en el que todo podría funcionar perfectamente, si no fuera que el desempleo crónico del padre es un cáncer que devora el tejido familiar. Además, el director alemán Volker Schlöndorff retorna a sus esencias de la mano de Stellan Skarsgard con Retourn to Montauk, una nueva incursión del cineasta en su «alter ego», el escritor suizo Max Frisch. Quince años después de El viajero, el cineasta declara que «nunca he dejado de pensar en los temas que quedaron pendientes en ese filme, en temas como el remordimiento, la dificultad por encontrar la reparación o la exculpación, sea por lo que no se hizo o por lo que sí se hizo, pero mal«.