Los hermanos Aitor y Amaia Merino dirigen Asier y yo (Asier ETA biok, 2013), una película sobre la que uno de sus directores, Aitor, comenta que «Asier y yo crecimos juntos en las conflictivas calles del País Vasco de mediados de los ochenta. Después, tomamos caminos distintos. Yo me trasladé a vivir a Madrid para perseguir mi sueño de ser actor, mientras que Asier continuó en Pamplona realizando actividades de claro compromiso político. En marzo de 2002, Asier desapareció; se había integrado en ETA. Tras ser detenido, pasó los siguientes ocho años en prisión. Durante todo ese tiempo, a mis amigos de Madrid les hablaba mucho de Asier, de lo especial que era para mí nuestra amistad. Pero inevitablemente, la convesación derivaba en preguntas para las que yo no encontraba respuesta: ¿Cómo hacerles entender mi amistad con un militante de ETA? ¿Cómo hacerles entender qué pudo llevarle a tomar una decisión que a mí mismo me costaba asimilar? En cuanto Asier salió de prisión, tomé una cámara con el objetivo de hacer una película en la que trataría de responder a esas preguntas, y de paso, por qué no, acercar posturas. Sin embargo, mi plan no resultaría tan sencillo como yo esperaba…».