El director finlandés Aki Kaurismäki recibe la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (CBA), la máxima distinción que concede esta institución, con la que reconoce su particular visión cinematográfica. Kaurismäki señala que cuando era joven era alguien «muy entusiasta» por el surrealismo de Buñuel, la Nouvelle Vague o Hitchcock. Más tarde se convirtió en alguien «más serio» porque cree que «la vida humana ha de ser comentada con humor, porque si no el público se levanta y se va«. Según confiesa, le falta esperanza en la cinematografía y por ello siempre vuelve a los mejores, entre los que cita a Chaplin, Buñuel, Buster Keaton o Flaherty. «Pero debido a mi falta de talento nadie se ha dado cuenta«, dice. El cineasta se presenta tarde a la entrega de la Medalla de Oro y, de hecho, media hora después de la hora en la que estaba previsto que comenzara este acto, la organización ha pedido paciencia: «Sabemos que Kaurismäki está en Madrid«. El director, acompañado de su mujer, la artista Paula Oinonen, ha bromeado durante la posterior rueda de prensa sobre este asunto. «Pienso llegar tarde a mi propio entierro. Tendré que cavar la tumba yo mismo«, asegura.